A partir de aquí empieza la nueva campaña, con todos los sentimientos que despierta:

1º Esperanza e ilusión.

Después de terminar la campaña anterior, en la mayoría de los casos regular tirando a mal, los agricultores se embarcan en la siguiente con la esperanza de que ésta sea mejor. Invierten en positivo con la ilusión de una nueva oportunidad.

2º Preocupación.

Desde que dan el primer riego los agricultores miran cada día sus plantas, como una madre mira a su hijo recién nacido, preocupados por su desarrollo, observando como brotan nuevas hojas, si crecen todas igual, preocupado por las plagas, las enfermedades de raíz, los virus....

Se entremezclan la esperanza, la ilusión y la preocupación, sentimientos que acompañarán al agricultor hasta el final de la cosecha, mezclados con la irritación que les produce ver muchas veces como les pagan sus pimientos con unos precios que no cubren los gastos que han tenido.

Como estamos al principio volveremos a la esperanza y la ilusión. Ilusión por esta nueva cosecha, esperanza de que la preocupación sea mínima y de que no llegue la irritación.